Libros recomendados: No-ficción
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El factor humano, John Carlin, Seix Barral, 2009
Para el espectador novato, el rugby puede parecer un deporte brutal y difícil de entender. Para Sudáfrica, no sólo es considerado su deporte nacional, sino el único medio por el cual blancos y negros encontraron la paz después de cuatro décadas de apartheid. Diez años después de la coronación de los Springboks, el periodista John Carlin le propuso a Nelson Mandela relatar cómo aquella final del campeonato del mundo de rugby se convirtió en todo un símbolo de la transferencia pacífica del poder de la minoría blanca a la mayoría negra en Sudáfrica. El ex presidente sudafricano estuvo encantado con la propuesta, pero en el libro no sólo escuchamos las voces del Mandela activista, prisionero y presidente, sino también la de aquellos que durante años gobernaron Sudáfrica con mano ‘blanca’ de hierro, y finalmente acabaron rindiéndose al encanto y a la oratoria de Mandela y levantando la copa del mundo junto a sus compatriotas negros.
Estambul, Orhan Pamuk, DeBolsillo, 2007
De niño, Pamuk estaba convencido que en algún rincón de Estambul vivía otro Orhan, exactamente igual a él y que llevaba una vida muy parecida a la suya. Con esta idea el autor turco comienza su obra más personal, que más allá de ser un libro de memorias, es un homenaje a su ciudad natal; es un reconocimiento a sus habitantes, con sus lenguas diversas y particulares costumbres, y a los escritores, pintores y fotógrafos, turcos y extranjeros, que han sucumbido ante el misticismo y exotismo de la antigua Constantinopla. Pero sobre todo, es una reflexión sobre la amargura de una ciudad que llegó a ser la capital del mayor imperio de oriente, y que vive obsesionada por pertenecer a occidente. Como si la ciudad tuviera un alma gemela y la buscara del otro lado del mundo.
Gomorra, Roberto Saviano, DeBolsillo, 2008
Aunque es un libro conocido y reconocido, pocos conocen su contenido. La amenaza que se cierne sobre su autor se ha convertido un oscuro velo que ensombrece las atrocidades y corruptelas de la Camorra en el sur de Italia. El gran público sabe que Saviano no puede volver a Nápoles, pero pocos están enterados que es desde ahí donde se controla casi la totalidad del negocio de los residuos tóxicos de toda Europa, contaminando gran parte de Italia y alrededores; o que de esa ciudad salen completamente confeccionados los vestidos de las grandes marcas, pero que sus creadores viven en la completa miseria. Saviano ha confesado que a veces se arrepiente de haber escrito Gomorra, pues le ha quitado la posibilidad de una vida tranquila, por lo que leer y reflexionar sobre este libro es la mejor forma de reconocer a su autor.
// Carlos López-Aguirre es profesor del curso de Periodismo y Literatura del Laboratorio de Escritura.
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