Kapuscinski, ¿novelista o falso periodista?

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Era reservado y discreto. Hablaba un perfecto castellano y tenía una mirada inquisitiva, incluso cuando observaba a la nada, que denotaba una curiosidad constante, como si quisiera saber todo lo que pasaba a su alrededor. Cuando lo tenías frente a ti, te convencías que sólo un hombre como él podía haber escrito esos grandes reportajes que lo habían encumbrado. Hasta hace unos días, Ryszard Kapuscinski era considerado el periodista  más importante de todos los tiempos. Hoy esa afirmación está en duda.

Artur Domoslawski fue alumno y amigo de Kapuscinski, pero esto no impidió que publicara el libro La no ficción de Kapuscinski, donde demuestra, con testimonios de primera mano y datos comprobables, que gran parte de las historias que escribió el periodista polaco son falsas o fueron modificadas.

La aparición de este libro, el cual estuvo a punto de no ser publicado debido a la demanda interpuesta por la viuda de Kapuscinski, ha iniciado una importante polémica en los grandes medios de comunicación, los cuales han tomado diversas posiciones. Algunos consideran que lo importante no es si los libros tratan o no de hechos reales, sino que están impecablemente escritos; otros afirman que el modificar datos o fechas con el fin de dar un mayor impacto a las historias es una actividad común en todos los periodista; y están aquellos que señalan una falta de responsabilidad con los lectores, al afirmar que todo aquello que había escrito, había ocurrido tal y como lo narraba.

La no ficción de Kapuscinski todavía no se ha editado en castellano, pero seguramente cuando salga a la venta será una lectura obligada para todos los periodistas que por años han devorado los libros de Kapuscinski, esos que ahora el periodista Timothy Garton Ash denomina de “no ficción creativa”.

Es improbable que la obra de Kapuscinski desaparezca de las librerías. Ébano, Un día más con vida, El Sha, La guerra del fútbol, entre otras, son de una calidad narrativa indudable. Aunque no será extraño que pronto cambien de lugar y los encontremos en el apartado de ‘Ficción’.

  1. Juan Solsona Alvarado says:

    Que sencillo resulta hoy en día destrozar el prestigio de alguien, sobre todo cuando este está muerto y no puede defenderse. Hay formas de darse a conocer en el mundo de la literatura y una de las mas rápidas es escribir las llamadas “Memorias desmitificadoras”, muy bien con su pan se las coman. Me es en absoluto igual si un hecho sucedió en un pueblo y no en el que se cita, o si eran diez y no cien. Me quedo con la sustancia, el sentimiento, el estilo de mostrarte las cosas y hacerte pensar sobre ellas. No es algo al que puedan llegar muchos, sobre todo con tanto estilo. A lo mucho a escribir otra “Biografia desmitificadora”.
    Para mi tengo bien claro donde buscar los libros

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