Soluciones creativas: Erre que erre / Irene Renau

Translate original post with Google Translate

Redactar. Repasar. Reposar. Revisar. La regla de las cuatro erres funciona para cualquier escrito que requiera una cierta elaboración: una novela, un cuento, una obra teatral, un poema; pero también un artículo, una tesis, una demanda, una carta. Después de escribir, sin demasiado orden ni quizá criterio o sentido, repasamos lo escrito y empezamos a reelaborar, a darle forma a lo tal vez improvisado. Ahora podemos corregir errores, poner acentos rebeldes, mesurar el ritmo de una frase… Después, es conveniente dejar reposar el texto –superando la tentación de releerlo una y otra vez hasta que ya no tengamos nada claro–, y mejor aún dormirlo una noche como mínimo, como si fuera un pastel. A la mañana siguiente estará más bueno, los ingredientes más trabados y armonizados, y nuestra mente estará más fresca y despegada de aquello que creó ayer. Esa necesaria distancia nos permitirá hacer nuestra última revisión. Podemos proceder así con cada parte o con cada obra. El sistema es sencillo y fácil, y da buen resultado. Saltarse una de las tres erres finales parece cosa de impacientes o de genios.

//Irene Renau es profesora del curso de Estilo Literario del Laboratorio de Escritura.

Deja un comentario

*