El perseguidor, Julio Cortázar

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El debate sobre los formatos digitales y el libro tradicional parece no tener fin. Y eso que recién comienza… Más allá de lo que vaya sucediendo con el tiempo, quienes disfrutamos de un buen libro vivimos una experiencia única frente al dispositivo de papel: no se trata sólo de la historia, sino del olor, el tacto, los colores, el diseño… Recuerdo en especial una versión de El príncipe feliz y otros cuentos, de Oscar Wilde, editado a la manera de los antiguos libros iluminados, que era una maravilla. Por suerte, en los últimos años varias editoriales han comprendido este disfrute integral y están haciendo de los libros unos objetos únicos, que vale la pena leer, guardar y releer; eligen con cuidado la obra y la convierten en algo nuevo, que justifica y realza el (buen) uso del papel. Es el caso de El perseguidor, magnífico cuento de Julio Cortázar, homenaje a Charlie Parker y -cómo no- al jazz. Libros del Zorro Rojo ha convocado al gran José Muñoz para que ilustre ese clima oscuro, nocturno y pesado que rodea al saxofonista Johnny. El resultado es una obra tan inquietante como el cuento, con el valor añadido de los trazos de Muñoz, cuya interpretación -como ilustrador, pero también como lector- ofrece una mirada privilegiada sobre uno de los grandes relatos de Cortázar.

//Gabriela Pedranti es profesora del taller de lectura Entre el cuento y la novela del Laboratorio de Escritura.

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