Laboratorio de Escritura

Los siguientes consejos son algunos de los que he seguido para no volverme loco:
1. Abandona la idea de que alguna vez vas a acabar. Perder la cuenta de las 400 páginas y escribir solo una página por día ayuda. De este modo te sorprenderás una vez lo hayas acabado.

2. Escribe de la manera más libre y rápida posible sobre el papel. Nunca corrijas o reescribas hasta que la obra esté al completo. Reescribir durante el proceso suele usarse como excusa para no continuar e interfiere con el fluir y el ritmo que se obtiene únicamente de una asociación inconsciente con el material.

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“Yo le aconsejaría a ese joven imaginario que estudiara los clásicos; que no tratara de ser moderno, porque ya lo es; que no tratara de ser un hombre de otra época, de ser un clásico, porque, indudablemente, no puede serlo, ya que irreparablemente es un joven del siglo XX. Y luego, al cabo de un tiempo, le aconsejaría también el estudio de los clásicos de nuestra lengua.”

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“A veces basta una sola persona al lado del futuro escritor, una sola persona que sepa abrir un libro con pasión y que sepa leérselo aunque sea una vez, para que esa formación empiece. En el origen de cada escritor hay un pariente o un profesor decisivos. Y en el abandono también, cuando uno de ellos frustra ese gusto por la escritura.

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En una entrevista a  The Paris Review, Murdoch ofrece varios consejos y describe su método de composición.

“I think it is important to make a detailed plan before you write the first sentence. Some people think one should write, George woke up and knew that something terrible had happened yesterday, and then see what happens. I plan the whole thing in detail before I begin. I have a general scheme and lots of notes. Every chapter is planned. Every conversation is planned.

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“Ambigüitat: Com més abstracta és una paraula, més significats possibles sol tenir. Per tant, com més concretem, menys dubtes tindrà el lector. Si dic «L’amor m’embriagà», provoco ambigüitat (quina mena d’amor? per què? com?) però, si dic «Quan vaig veure en Toni a la vorera de davant em van tremolar les cames, vaig oblidar immediatament que anava al banc a treure diners i el cel de Girona va esdevenir blau de sobte », és ben segur que hi guanyo en significació”.

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No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuera permitido escribir.

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El libro Escribir reúne los ensayos sobre literatura de Robert Louis Stevenson. En ellos el escritor ofrece consejos de escritura, confesiones y recuerdos sobre su trabajo. Os dejamos con una pasaje del libro que hace referencia al estilo.

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Hace pocos meses The Guardian anunció que una serie de obras jamás publicadas del autor saldrán al mercado el próximo año. A modo de tributo, nos gustaría recordar las diez reglas que Leonard expone en su libro Ten Rules of Writing. Aquí os dejamos un resumen de los consejos que el autor facilitó a The Guardian.

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“[la literatura] ha ido sacando al hombre de ese estado primitivo casi animal, fue llevándolo a cambiar, a mejorar, a crecer. Una salida esporádica de la vida cotidiana y una comprobación inevitable de que el mundo que inventamos es mejor, más coherente y más comprensible que el mundo en que vivimos. Por eso cuando regresamos al mundo real de una buena lectura, de una buena historia, sentimos a veces, sin saberlo, un malestar y una decepción; sentimos que el mundo real está mal hecho, que es imperfecto, que el mundo real no es capaz de satisfacer todo lo que hay en nosotros de apetitos, anhelos y ambiciones.”

Discurso de Mario Vargas Llosa en La Feria del Libro de Bogotá (FILBO) 2014 (enlace aquí) 

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-¿Cuál es, en tu caso, el punto de partida de un libro?

- Una imagen visual. En otros escritores, creo, un libro nace de una idea, un concepto. Yo siempre parto de una imagen. La siesta del martes, que considero mi mejor cuento, surgió de la visión de una mujer y de una niña vestidas de negro y con un paraguas negro, caminando bajo un sol ardiendo en un pueblo desierto. La hojarasca es un viejo que lleva a su nieto a un entierro. El punto de partida de El coronel no tiene quien le escriba es la imagen de un hombre esperando una lancha en el mercado de Barranquilla. La esperaba con una especie de silenciosa zozobra. Años después yo me encontré en París esperando una carta, quizás un giro, con la misma angustia, y me identifique con el recuerdo de aquel hombre.

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