A propósito de la escritura para niños y jóvenes

o que tienen en común Alicia, Peter Pan, Pipi, el Principito, Momo, Platero, y muchos personajes del universo consagrado de la literatura infantil.

Imaginemos un mundo en el que solo exista una literatura, sin adjetivos, sin etiquetas, sin eslóganes. Una LITERATURA en letras mayúsculas, imprescindible, que se nutre tanto de la experiencia como de la fantasía, que habla de vivencias, de sentimientos, de conflictos…
Una literatura que activa el pensamiento y la imaginación, que nos enseña a actuar, que entretiene, divierte, conmueve, y ¿por qué no?, responde a innumerables preguntas.
Imaginemos que esa literatura está escrita con honestidad, sin falsos ropajes, con libertad, sinceridad y pasión. Y para ello utiliza un lenguaje rico, innovador, cargado de matices, pero claro y preciso, que nos sorprenda sin apabullarnos.
Héroes y heroínas, hadas, brujas y magos, malvados, piratas, vampiros, sabios y necios, caballeros y princesas, dioses y mendigos, todos los personajes serán tan reales como el frutero de la esquina, la portera o la vecina del quinto; incluso puede que sean intercambiables.
Imaginemos que todos los lectores saben, sin el menor atisbo de duda, lo que les gusta y lo que no les gusta. Son capaces de creer a pies juntillas verdades increíbles, y nunca se ríen de lo que no les hace gracia, pero tienen una extraordinaria e inagotable capacidad de diversión.
Es un lector modelo, sin prejuicios, sin prisa, capaz de extasiarse, entregado, pero irreverente y cargado de exigencias, que quizá no se cuestiona una coma, un punto, un tiempo verbal, pero sí la lógica del argumento más ambicioso; cruel con las mentiras despiadadas que se burlan de la inteligencia propia o ajena, o que le obligan a tragar píldoras edulcoradas.
Por último, imaginemos que en esta LITERATURA con mayúsculas no existe frontera entre realidad y fantasía, que las metáforas se construyen con todo tipo de estímulos, que se valora lo absurdo, la transgresión se convierte en travesura, el tiempo se dilata, se encoge y se disuelve convertido en sueño; las pesadillas se llaman aventuras, y sólo existe la filosofía del eterno ¿y por qué?
¿Lo has imaginado ya? ¿Puedes pensar en un libro que encaje en esta LITERATURA? Te daré una pista: la llaman Literatura Infantil y Juvenil.

  1. Mariela dice:

    De acuerdo, necesitamos más fantasía y capacidad de soñar en historias más divertidas. Menos problemas señores, que la realidad ya nos tiene hartos! Felicidades por apostar por la literatura para chavales, que los somos todos!

  2. Moncombray dice:

    Sólo quería añadir que es cierto que los personajes que menciona Estrella (por cierto, un nombre muy apropiado para una editora de libros infantiles y juveniles) pertenecen, la mayoría, a obras cumbre de la literatura (también para adultos), pero por desgracia la literatura infantil y juvenil actual está llena de tópicos, cursilerías, ñoñerías y estupideces. Hay muy pocos escritores que se salven. Los principales responsables de eso no son los escritores, que si escriben mal, los pobres, no tienen ninguna culpa: son los que los publican, las editoriales, que deberían reflexionar sobre lo que dan a su público. Los niños son niños, no idiotas. Gracias, Estrella, por el texto.

  3. Estrella dice:

    Moncombray, estoy de acuerdo contigo en que parece que la literatura dirigida al público más joven adolece de falta de originalidad y valentía. En muchos casos, las editoriales se van copiando unas a otras fórmulas que saben que han funcionado (veáse el aluvión de literatura fantástica, niños magos, hadas, que inundan los catálogos). Sin embargo, también es cierto que la edición infantil (no tanto la de literatura) gusta de la experimentación, y es quizá un ámbito mucho más innovador y creativo que otros. Hay una muy interesante oferta de álbumes ilustrados. Échales un vistazo, no hay Alicias ni Peter Pan, pero sí interesantes propuestas a la hora de contar historias.

  4. Moncombray dice:

    Es cierto, en librerías como La Central del carrer Mallorca (Barcelona) están impulsando secciones fantásticas de libro “infantil”, tan bien ilustrado y tratado que puede regalarse a una persona mayor sin que se ronroje. Nosotros tenemos uno en casa sobre hadas precioso. Seguimos buceando en la literatura… Besos.

  1. Todaia no hay trackbacks para esta entrada.

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