Algo que contar

paul_austerHace diez años, el escritor norteamericano Paul Auster fue invitado a una estación de radio para realizar un programa en el que leyera sus relatos al público. Al autor le parecía un ejercicio interesante, pero aburrido. Así que le propuso a la radiodifusora que los relatos fueran realizados por los oyentes del programa. Auster sólo puso como condición que las historias fueran verídicas y breves: se recibieron más de cuatro mil relatos.

El resultado de este experimento fue el libro titulado Creía que mi padre era Dios. Auster afirma en la introducción del mismo que “lo que más me interesaba era que las historias rompieran esquemas, que fueran anécdotas que revelasen las fuerzas desconocidas y misteriosas que intervienen en nuestras vidas, en nuestras historias familiares, en nuestros cuerpos y mentes, en nuestras almas. En otras palabras, historias reales que bien pudieran ser una ficción”.

Cada una de las historias del libro refleja la necesidad de las personas de contar alguna historia o anécdota, personal o ajena, como un ejercicio de reflexión o, simplemente, como una forma de volver a recrear lo vivido.

Los relatos pueden ser divertidos, tristes o dramáticos, pero sobre todo increíblemente reales, pues en ningún momento se pone en duda la veracidad de las historias, aun cuando muchas de ellas parecen parte de una novela.

Más allá de la historia que se cuenta, narrar una anécdota requiere de una memoria sensitiva que permita plasmar en un texto las sensaciones y los sentimientos que se experimentaron en el mismo instante en que sucedía y transmitírselos al lector. Pues como escribió Gabriel García Márquez a propósito de su libro de memorias Vivir para contarla: “la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.

  1. Zulma Sierra dice:

    Escribir nuestras vidas, nuestras anécdotas es una forma de explorarse, de hacerse terapia, de liberar los miles de fantasmas que pueden rodear el pasado. Es un exorcismo maravilloso que todos deberíamos practicar de vez en cuando…

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