Pentti Sammallahti en Barcelona

Hay fotógrafos  para los que contar una historia con una imagen parece que les es tan fácil como caminar. A estos individuos tan escasos no se les puede clasificar con una etiqueta. Lo que estos contadores de historias son capaces de crear con una cámara es simple y pura narrativa visual.

Uno de estos fotógrafos es Pentti Sammallahti. Aunque muy poco conocido en nuestro país, es considerado en el resto de Europa como uno de los grandes nombres de la fotografía contemporánea. Es difícil encontrar una exposición suya y sus libros son aún más escasos; el haber conseguido una beca de 20 años del gobierno Finlandés para fotografiar lo retiró como profesor de fotografía y lo ha alejado de los circuitos fotográficos comerciales típicos. Esto no hace más que incrementar la exclusividad de la exposición que la Galería Valid Foto en Barcelona inauguró el  pasado 7 de abril y que podrá visitarse hasta el 25 de mayo.

Como admirador de Sammallahti y como profesor de narrativa fotográfica, os recomiendo encarecidamente que no os perdáis esta exposición. Uno de los mejores comentarios que he oído sobre el trabajo de Sammallahti es que cada imagen parece extraida de un cuento, de una de esas historias que te contaban antes de ir a dormir. Los personajes de sus fotos –principalmente animales- habitan en un mundo primigenio, imperturbable, inteligible y lleno de paz que sin embargo provoca una fuerte respuesta de quien las mira. Sus pequeñas fotos -algunas no mucho más grandes de 12 centímetros- son pequeñas ventanas a nuestros propios sueños. Nos ayudan a asomarnos a ese mundo interior llamado imaginación, que todos llevamos dentro, pero al que nos cuesta tanto acceder cuando somos adultos.

Sammallahti captura y fabrica estas pequeñas joyas con la precisión de un relojero. Una composición milimétrica junto con un revelado impecable hace que acabes con la nariz pegada al cristal que separa la foto de tus ojos. Nunca tan poca superficie fue capaz de explicar tanto.

Ésta es también una buena oportunidad para poseer una de estas pequeñas maravillas. Como explicaba antes, Sammallahti está fuera de los circuitos de coleccionistas y una de las características de su producción es que no numera sus fotos. Esto le permite tener un precio más que competitivo comparado con otros fotógrafos de su categoría. Para los que no estén acostumbrados a comprar fotografía esta es una buena ocasión para empezar a hacerlo. No  sólo por el del precio, sino porque poseer una de sus fotografías, te permitirá soñar despierto y respirar con calma cada vez que mires en su interior.

// Ángel Albarrán es profesor del curso de Fotografía Narrativa del Laboratorio de Escritura.

  1. Juan Carlos dice:

    Gracias por el dato. Fui a ver la exposición, y quedé impresionado. No conocía a este fotógrafo. Es muy bueno!

  2. Magnífico trabajo de Pentti Sammallathi.
    Que gratificante resulta encontrar la obra de un autor al que no conocía y que no piensa ni actúa en función de modas aberrantes de “burras grandes, anden o no anden”. Efectivamente no es necesario limitar tiradas para vender a coleccionistas y galerías, por otro lado los más beneficiados por una práctica tan antinatura-fotográfica. Me alegra estar un poco más acompañado en la dura tarea de considerar a cada ciudadano un posible coleccionista de buenas fotografías copiadas por sus autores y a unos precios muy razonables, aunque sea a riesgo de quedar fuera de los “circuitos comerciales de altos vuelos”

  1. Todaia no hay trackbacks para esta entrada.

Deja un comentario

*