Soluciones creativas
Soluciones creativas: Usar cada persona según el tema / Paul Auster
“Usé esa persona en mis dos últimos libros por razones muy complejas. Primero, porque no estoy tan interesado en mí mismo, y por supuesto no estoy interesado en escribir una autobiografía tradicional, que usa la primera persona. Glorificar mi experiencia, enfatizarla de esa forma, no era lo que quería. La tercera era posible, como hice en la última parte de La invención de la soledad, pero era demasiado distante, entonces pensé que la segunda persona podía abrir un pequeño espacio entre “yo y yo”, era como un diálogo íntimo. Tratándome a mí mismo como a un otro cercano podía implicar, a la vez, al lector. Lo que traté de hacer en estos dos libros no fue tanto contar mi propia historia, sino hablar de cosas específicas de mi vida, por las que pasa la mayoría de la gente. Mi esperanza era que el lector, teniendo esos libros, pudiera recordar su propia vida. Un mecanismo para desatar en él memorias y recuerdos”.
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Soluciones creativas: Cultivar un estilo perturbador / Marta Sanz
“Busco un estilo que perturbe probablemente porque yo como receptora disfruto con los libros y con las películas, o con la música, que no me deja igual que cuando empecé. Valoro mucho la literatura de la que no salgo indemne. Valoro mucho la literatura que de algún modo me golpea en el buen o mal sentido de la palabra y lo que hace es ampliar mi visión del mundo, mi manera de ver las cosas. Por eso quizá busco un lenguaje dentro de mis novelas que sea perturbador y pueda sacar a los lectores del espacio de confort. Que genere inquietud, que plantee preguntas, que ayude a ver las cosas de otro modo, incluso que genere disconformidad. Y adopto esta actitud porque en los textos literarios me parece que lo que se dice es lo mismo que la manera de decirlo”.
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Soluciones creativas: La musicalidad de la escritura / Fred Vargas
“En algunos institutos a los que he ido, les he propuesto a los alumnos que eligieran un capítulo de alguna de mis novelas. Después lo he escrito sin literatura ni arte, de modo plano, casi como una descripción sin más. Les he preguntado: ¿qué, os sigue gustando? Y han dicho que no. Es que la música, la música es fundamental, yo intento que todo lo que escribo la tenga”.
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Soluciones creativas: Hay que escribir poco / Patrick Modiano
“Pensar sí, uno piensa en el libro que está escribiendo todo el día. Pero el hecho de escribir debe de durar muy poco tiempo, como una operación quirúrgica. Yo personalmente al cabo de una hora y media escribiendo siento esa caída de tensión, y si continúo siento que las cosas comienzan a escapárseme en todos los sentidos. Hay que pensar en el libro todo el día, como si fueras un sonámbulo, pero escribir hay que escribir poco”.
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Soluciones creativas: Encontrar la palabra exacta / Italo Calvino
“Yo no creo en la expresión inmediata. Cuando realizo mi obra, escribo y borro constantemente. Odio lo aproximativo. La primera palabra que se nos ocurre no es nunca la verdadera, y a mí sólo me satisface el lenguaje cuando llego a su centro, a lo preciso”.
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Soluciones creativas: Trabajar el estilo / Donna Tartt
“La satisfacción más profunda que me produce escribir es del nivel más pequeño, más humilde e íntimo: trabajar con tesón en una frase complicada, conseguir llevarla a la perfección, sin importar el tiempo que haga falta. Puedo pasarme tranquilamente horas moviendo una coma. Me satisface mucho más que alguien diga “me encanta esta frase”, que no que diga, “me ha encantado tu libro”.
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Soluciones creativas: La limitación temática / Philip Roth
“Creo que cada uno tiene un cubo lleno de temas, que son tuyos porque excitan tu energía verbal. Vas sacándolos y usándolos. Llegas al final del cubo y no quedan muchos. Esto es lo que les pasa a los escritores mayores. Tienes un número limitado de temas, diez, seis o veinte, y ese es tu número. Yo no sé cuántos tengo, pero supongo que uno vuelve a trabajar sobre algunas ideas. Mi autorreflexión sobre mi trabajo también tiene un límite”.
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Soluciones creativas: La rutina del escritor / Joyce Carol Oates
“Empiezo a escribir a las ocho de la mañana. Pero es un placer, no lo tomo como un trabajo. Lo hago toda la mañana, y quizá un par de horas más por la tarde. Por la noche leo, veo películas, televisión… También me gusta ir al campo a andar, correr o ir en bicicleta. Y pienso sobre lo que escribo. Eso también lo considero escribir”.
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Soluciones creativas: Me convertí en un escritor de párrafos / Don DeLillo
“Sigo una idea, no tengo un guión previo. Me convertí en un escritor de párrafos, frase a frase, en Los nombres (1982). Me hice más consciente de las palabras y las frases. De esta manera me resulta más fácil leer y corregir. La página en blanco, un párrafo y estudiarlo de forma detenida y entenderlo. Pongo la página a un lado y empiezo con otra. En La calle Great Jones no tenía un sentido del párrafo. Son largos. En trabajos más recientes, se hacen más cortos, porque me permite ver de forma más clara y estar más atento a qué debo corregir y cambiar”.
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Soluciones creativas: Cambiar el género en función del tema / Mario Benedetti
“A mí las ideas y los temas ya me vienen con la etiqueta del género, aunque a veces me equivoco. Me pasó con El cumpleaños de Juan Angel: empecé a escribirlo en prosa, como todo novelista que se precie, pero a las 50 páginas no podía avanzar más, estaba estancado, cosa que generalmente no me ocurre. Hasta que me di cuenta de que el tema tenía una carga poética muy fuerte y lo retomé como una novela en verso. Ahí cambió todo y la terminé rápidamente”.
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