Publicado en Soluciones creativas el 08/03/2016 por Anna Cucala – Se el primero en comentar
“La satisfacción más profunda que me produce escribir es del nivel más pequeño, más humilde e íntimo: trabajar con tesón en una frase complicada, conseguir llevarla a la perfección, sin importar el tiempo que haga falta. Puedo pasarme tranquilamente horas moviendo una coma. Me satisface mucho más que alguien diga “me encanta esta frase”, que no que diga, “me ha encantado tu libro”.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 08/03/2016 por Anna Cucala – Se el primero en comentar
“Creo que cada uno tiene un cubo lleno de temas, que son tuyos porque excitan tu energía verbal. Vas sacándolos y usándolos. Llegas al final del cubo y no quedan muchos. Esto es lo que les pasa a los escritores mayores. Tienes un número limitado de temas, diez, seis o veinte, y ese es tu número. Yo no sé cuántos tengo, pero supongo que uno vuelve a trabajar sobre algunas ideas. Mi autorreflexión sobre mi trabajo también tiene un límite.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 07/03/2016 por Anna Cucala – 1 Comentario
“Empiezo a escribir a las ocho de la mañana. Pero es un placer, no lo tomo como un trabajo. Lo hago toda la mañana, y quizá un par de horas más por la tarde. Por la noche leo, veo películas, televisión… También me gusta ir al campo a andar, correr o ir en bicicleta. Y pienso sobre lo que escribo. Eso también lo considero escribir”.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 07/03/2016 por Anna Cucala – Se el primero en comentar
“Sigo una idea, no tengo un guión previo. Me convertí en un escritor de párrafos, frase a frase, en Los nombres (1982). Me hice más consciente de las palabras y las frases. De esta manera me resulta más fácil leer y corregir. La página en blanco, un párrafo y estudiarlo de forma detenida y entenderlo. Pongo la página a un lado y empiezo con otra. En La calle Great Jones no tenía un sentido del párrafo. Son largos. En trabajos más recientes, se hacen más cortos, porque me permite ver de forma más clara y estar más atento a qué debo corregir y cambiar”.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 05/03/2016 por Anna Cucala – 1 Comentario
“A mí las ideas y los temas ya me vienen con la etiqueta del género, aunque a veces me equivoco. Me pasó con El cumpleaños de Juan Angel: empecé a escribirlo en prosa, como todo novelista que se precie, pero a las 50 páginas no podía avanzar más, estaba estancado, cosa que generalmente no me ocurre. Hasta que me di cuenta de que el tema tenía una carga poética muy fuerte y lo retomé como una novela en verso. Ahí cambió todo y la terminé rápidamente”.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 05/03/2016 por Anna Cucala – 21 Comentarios
“Liberarse, encontrar tu propia voz estilística cuesta increíblemente. No imitar, no escribir la escritura. Sin dar nombres… En España hay una tradición de escritura de tempo y párrafo laaargo, de subordinaaadas, así como un poquito barroooooca, que a mí me parece una peste (…). Me encanta Galdós, pero hacer ahora mismo una escritura galdosiana me parece una imbecilidad. Eso es lo que yo llamo escribir la escritura, en vez de escribir tu propia escritura, en vez de intentar buscar esa voz tuya que realmente resuena ahí abajo”.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 04/03/2016 por Anna Cucala – Se el primero en comentar
“Me aterrorizaba cada mañana, sí, hasta el día que leí la entrevista de Hemingway. Él dice que hay que empezar, seguir, hasta que hay un momento que los románticos llaman inspiración… llámalo como quieras, pero hay un momento que es verdaderamente sublime, que es cuando uno se da cuenta de que las cosas salen solas, como si estuvieras contándotelas al oído, como si lo estuviera escribiendo otro… Bueno, cuando estés así, decía Hemingway, y te llegue la hora de terminar, sigue una paginita más, la del día siguiente. Entonces, cuando tú llegas al día siguiente, ya tienes empezado tu día, recopilas eso y sigues. Para mí, parece mentira, así se acabó el problema de la página en blanco”.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 04/03/2016 por Anna Cucala – Se el primero en comentar
“Cuando empiezo a trabajar no tengo la novela completa en la cabeza. Tengo una historia que me parece que tiene un principio y un final, pero poca cosa más. Necesito mucha paciencia para la escritura, ya que no me considero muy dotado. Mis primeras versiones acostumbran a ser horripilantes. Si escribo un par de páginas sobre una escena que me interesa, habrá sólo un párrafo o unas líneas que sirvan. No es que el resto no sirva, pero tiene que ser reescrito porque tal y como está carece de vida. A veces tardo meses en encontrar la solución a un pequeño episodio. En toda escena, por pequeña o no muy importante que sea, tiene que haber un detalle, una frase, un algo que le dé vida. Puedo encontrarlo a través de una descripción, de un imprevisto, de un detalle. Por lo tanto escribo mucho y muchas versiones”.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 03/03/2016 por Anna Cucala – Se el primero en comentar
“Me paso diez, doce horas al día sola escribiendo, sin hablar con nadie, ni siquiera contesto el teléfono. Soy sólo un medio o un instrumento de algo que está sucediendo fuera de mi control, son voces que hablan a través de mí. Estoy creando un mundo que no me pertenece. Y en ese largo y paciente ejercicio diario de escribir he descubierto mucho sobre mí misma y sobre la vida. He aprendido. A veces no sé lo que estoy escribiendo y vengo a saberlo mucho más tarde, después de que el libro ha sido publicado y un crítico lo explica… o hacen la película”.
continuar leyendo
Publicado en Soluciones creativas el 02/03/2016 por Anna Cucala – Se el primero en comentar
“Investigo durante años, me puede llevar dos años. Una vez que tengo el mundo puedo comenzar a escribir. Tal vez mientras estoy en la construcción de ese universo me viene en mente una bella imagen para comenzar. En “El péndulo de Foucault”, por ejemplo, se habla de dos editoriales que están en dos departamentos contiguos con un pasaje que los comunica. Como son dos edificios, me imaginaba que había un desnivel y que era preciso que hubiera escalones. Hasta que no tuve en claro cómo podían ser esos tres escalones que jamás aparecen en la novela no pude avanzar con la escritura.”
continuar leyendo