Soluciones creativas: El poder de la literatura / Mario Vargas Llosa
Publicado en Soluciones creativas el 19/05/2017 por Victor González – Se el primero en comentar
“[La literatura] ha ido sacando al hombre de ese estado primitivo casi animal, fue llevándolo a cambiar, a mejorar, a crecer. Una salida esporádica de la vida cotidiana y una comprobación inevitable de que el mundo que inventamos es mejor, más coherente y más comprensible que el mundo en que vivimos. Por eso cuando regresamos al mundo real de una buena lectura, de una buena historia, sentimos a veces, sin saberlo, un malestar y una decepción; sentimos que el mundo real está mal hecho, que es imperfecto, que el mundo real no es capaz de satisfacer todo lo que hay en nosotros de apetitos, anhelos y ambiciones.”
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“-¿Cuál es, en tu caso, el punto de partida de un libro?
1. Cuando todavía eres niño, asegúrate de leer muchos libros. Pasa más tiempo leyendo que haciendo cualquier otra cosa.
“(La poesía) Es un desafío. Es aburrida, a veces. Es exasperante. Es imposible. Es una bendición. La destreza, la dificultad de crear un poema – correctamente, adecuadamente, nuevamente. Si no otra cosa, es maravilloso estar tan cerca de la magia.”
“Cuando me siento a escribir, no me digo a mi mismo “Voy a escribir una obra de arte”, escribo por que hay una mentira que quiero exponer, algún hecho del cual quiero llamar la atención y mi principal preocupación es ser escuchado. Pero no podría escribir un libro o un largo articulo para una revista si no fuera también una experiencia estética. (…) No soy capaz, y no quiero abandonar por completo la visión del mundo que adquirí de pequeño. Mientras viva y esté bien amaré la prosa, amaré la superficie de la Tierra, seguiré sacando placer en objetos sólidos y en las sobras de la información inútil. Es imposible reprimir esta parte de mí mismo.”
“Lo que hace atractivo al héroe es su fluidez. Es decir, el tránsito desde lo que ese ser cree ser hacia el ser que quiere ser. Por lo tanto, un personaje es siempre un proyecto. Lo que él es viene también determinado por la manera como lo ven los otros personajes. En la novela contemporánea un personaje es una relación. El personaje no debe preexistir a la novela. Son los actos los que lo moldean, las opciones que toma. Lo ideal es que el personaje entre levemente en nuestra existencia y que nos anuncie que espera un cambio, acaso de tal magnitud, que nos lleve con él hacia una metamorfosis. También es posible que el héroe se mantenga en sus posiciones y sea deteriorado por la realidad cambiante. (…) Esto define su carácter: es alguien que está moldeándose en algo impreciso. Un personaje es una encrucijada de opciones. Los grandes personajes de la literatura están consumidos por la sensación de que habitan en un misterio que deben revelar con sus acciones. Lo que los define es el riesgo. Desde allí irán al fracaso, o a la gloria.
“No he escrito nunca pensando que tuviera nada que decir, ni he escrito nunca porque soñara ser un escritor. Quiero decir: un escritor que, más que escribir, lo que quiere es vivir la vida “de un escritor que tiene cosas que decir y un papel social que cumplir”. Escribo porque me gusta escribir. Me gusta mucho escribir. Yo diría que es lo que más me gusta hacer. Si algún día dejara de escribir no sería, pues, porque no tuviera nada que decir sino porque escribir me habría dejado de gustar.”
“Cada día, recibo e-mails de aspirantes a escritores sobre cómo convertirse en escritor, este es el único consejo que puedo dar: No escribas solo para hacer dinero – nunca harás dinero suficiente. No escribas solamente para ser famoso – nunca te harás suficientemente famoso. Haz regalos para la gente – trabaja muy duro en hacer estos regalos con la esperanza que esta gente se dará cuenta y los disfrutará. Posiblemente se darán cuenta de lo duro que has trabajado, o a lo mejor no – pero si no se dan cuenta, es frustrante, lo sé. Pero eso no cambia nada, porque tu responsabilidad no es la gente a la cual le haces el regalo, sino el regalo en sí mismo.”
6- Di lo que quieres decir: yo solía desesperarme con esos profesores, pero ya no más. Ahora entiendo que todos esos ensayos e historias antiguas con los cuales tenia que comparar mi trabajo no eran magníficos por su edad o por ser exóticos, pero por precisamente lo que sus autores querían decir. Mis profesores querían que yo escribiera de forma adecuada, siempre seleccionando las palabras mas efectivas y enlazando unas palabras con otras sin ambigüedad, ni rigidez, como partes de una máquina. Mis profesores no querían que yo me convirtiera en un caballero inglés después de todo. Ellos esperaban que fuera entendible, y como consecuencia entendido. Y allí se fueron mis sueños de hacer con las palabras lo que Pablo Picasso hizo con pinturas o como cualquier ídolo del jazz con la música. Si rompo con todas las reglas de puntuación, tener palabras que signifiquen lo que yo quiera y ponerlas unas junto a las otras sin regla alguna. Simplemente nadie me entenderá. Así que tu mejor, evita el estilo Picasso o el estilo jazz cuando escribas, si tienes algo que decir y quieres que se entienda.
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